El repentino aislamiento social y la imposibilidad de realizar concentraciones de personas en los centros de trabajo y escuelas ha traído consigo un crecimiento muy importante en el uso de plataformas digitales enfocadas en la educación, que también ha impactado en organizaciones de todos tipos y tamaños que han tenido que adaptar sus modelos de formación presencial a entornos digitales.
Incluso antes del COVID-19 ya había un crecimiento cada vez mas visible el uso de tecnologías educativas y aunque muchos se preguntan si estos cambios permanecerán una vez que regresemos a la “nueva normalidad”, lo cierto es que un estudio realizado en el 2019 proyectaba que el mercado de la educación en línea valdría unos 350,000 millones de dólares en el 2025, un número muy superior a los 18,660 millones de dólares que valía en ese mismo año. Lo que nos hace pensar que la pandemia solo vino a acelerar este proceso de crecimiento.

¿Cómo están reaccionando las empresas a esta nueva realidad?
Con la implementación obligatoria del home office en muchas organizaciones, la capacitación a en línea para el uso de herramientas digitales que favorezcan el teletrabajo se ha extendido en todo tipo de empresas. Esto ha generado nuevas y crecientes oportunidades, porque ahora las empresas no solo buscan capacitar “técnicamente” a sus colaboradores, sino que se comienzan a desarrollar modelos de formación completos (desarrollo de habilidades blandas, procesos y reingeniería) a través de entornos digitales.
El avance de la tecnología y el perfeccionamiento del diseño instruccional sin duda generaran profundos cambios que impactaran la forma tradicional en la que hemos aprendido, transformando nuestra idea de un aprendizaje basado en el profesor (instructor), a un modelo mucho más dinámico e interactivo en un entorno digital.